No hay duda de que el invierno es la época de poda en el campo. Las viñas se encuentran en periodo de reposo vegetativo y es el momento de preparar la cosecha que viene. Pero en Menade, además de la poda, también llevamos a cabo otros trabajos en el campo relacionados que seguro os resultarán muy interesantes.
En Menade practicamos una poda de respeto, esto quiere decir que tenemos en cuenta las corrientes de savia de la cepa. Al igual que la luna influye en las mareas, también lo hace en otros seres vivos. Preferimos podar cuando la luna es menguante porque la savia se encuentra en la parte inferior de la vid. Una poda sostenible teniendo en cuenta lo que esperamos en el nuevo año, esto es, dejamos unas 20 yemas por planta para obtener unos 6.000 kG/Ha.
Empleo de ‘trichoderma’
Una vez los cortes de la poda se han efectuado, limpiamos el viñedo con ozono (tanto las cepas como el suelo) y, después, lo tratamos con un hongo llamado ‘trichoderma’. Lo normal en un viñedo convencional es proteger la parte leñosa de la vid con un ‘mastic’, es decir, una mezcla de productos químicos y cobre, para prevenir las enfermedades de la madera. Sin embargo, la trichoderma es un hongo beneficioso para la vid que crea una barrera biológica natural. Para determinados tipos de hongos no-beneficiosos es altamente efectivo, pues se multiplica con rapidez y previene cualquier ataque.
Como todos lo años después de la vendimia Marco decide sembrar determinados cultivos en función de las necesidades de nutrientes en el suelo. En esta ocasión se ha decidido por guisantes, alfalfa, ryegrass y una mezcla de mostaza con breza (potente limpiador de suelo y fungicida).