Con el fin de la floración, el cuajado de los racimos de Menade se ha completado de forma óptima. Durante esta época, el equipo de campo se encarga de realizar la poda en verde en las parcelas que lo necesitan, cuyo objetivo es controlar la producción de las plantas, ya que buscamos unos rendimientos medios por hectárea de 6.000 – 7.000 kg de uva.
Marco también ha decidido llevar a cabo un ligero despunte con la finalidad de favorecer el crecimiento de los racimos y no tanto el de la vegetación. Además, esto ayuda a que los tratamientos sistémicos con ozono penetren adecuadamente.
El ozono es un tratamiento por contacto. Los ensayos indican que está funcionando satisfactoriamente, por lo que se continúa aplicando cada 10 días en todo el viñedo. La primavera 2019 está resultando algo complicada, porque han aparecido algunos brotes de oídio en la zona. En Menade, sin embargo, estamos consiguiendo frenar el ataque con el ozono.
Este año parece que la Sauvignon Blanc va un poco más retrasada que la Verdeja pero, en términos generales, Marco estima que la vendimia podría empezar en torno al 15 o 20 de septiembre. Es un año en que, previsiblemente, habrá bastante cantidad de uva de forma generalizada, por lo que es importante la poda y vendimia en verde para ajustar los rendimientos. No obstante, no hay que perder de vista que las tormentas estivales de granizo pueden arruinar parte de la producción.
Con respecto a la uva Tempranillo, que la familia Sanz dispone en Toro, el crecimiento va un poco más atrasado pero el cuajado también se ha producido correctamente. En Toro la pluviometría ha sido superior que en la zona de Rueda en lo que va de año, por lo que las cepas tienen suficientes reservas de agua para aguantar un verano caluroso. En este caso, las cepas centenarias han aprendido prácticamente a auto-regularse y ofrecen un rendimiento por hectárea sobre los 2.000 Kg de uva.
Fauna en Menade
Preservar la fauna que puebla nuestro viñedo es fundamental. Es alentador comprobar cómo la población de mariquitas ha aumentado exponencialmente, hemos encontrado muchísimas larvas. Esto quiere decir que las cepas se encuentran en un gran estado de salud, ya que estos insectos son eficaces depredadores de la polilla y el pulgón, dañinos para la vid.
Las casetas para pájaros que los técnicos de campo instalaron durante el invierno también están siendo pobladas por ‘negrillos’, aves que se comen insectos no beneficiosos para el viñedo.